Nagoya en un día: Qué ver y cómo disfrutar al máximo

Nagoya, fue mi última parada antes de volver a Tokyo, ubicada en el corazón de Japón, es una ciudad a menudo pasada por alto por los viajeros, de hecho yo estuve tiempo para decidir si iba o no, me ofrecía como la experiencia más popular la ruta Nakasendo, pero el estado de mi pierna no me permitía hacerla, así y todo decidí ir, tenía interés en ver el museo del automóvil  de Toyota y el museo de trenes SCMAGLEV and Railway Park.

Gracias a eso, a pesar de estar solo un día y medio, descubrí una ciudad vibrante, con un ambiente que me encanto, muy parecido a Osaka, pero con menos cosas que ofrecer al turista, pero fue un sitio donde me sentí realmente bien.

Además, ofrece una rica mezcla de historia, modernidad y cultura. Con su impresionante castillo, museos innovadores y delicias gastronómicas, Nagoya merece un lugar en tu itinerario.

¿Qué ver en Nagoya?

1. Castillo de Nagoya

El Castillo de Nagoya es una de las joyas históricas más emblemáticas de Japón, conocido por su imponente presencia y su fascinante arquitectura. Lo primero que llamará tu atención son los icónicos shachihoko, esas criaturas mitológicas con forma de peces dorados que adornan el techo del castillo, símbolo de protección contra los incendios.

Además de su impresionante exterior, el interior del castillo guarda un valioso tesoro cultural: un museo repleto de artefactos y exposiciones que narran la rica historia de la región, transportándote a épocas de samuráis y dinastías feudales.

No olvides pasear por sus hermosos jardines, que ofrecen vistas perfectas para relajarse y sacar fotografías inolvidables. Para disfrutar de toda la experiencia, se recomienda dedicar al menos un par de horas, aunque seguramente querrás quedarte más tiempo admirando su grandeza.

Para visitar el interior, lo más seguro es que tengas que hacer una cola importante.

El castillo está abierto generalmente de 9:00 a 16:30, pero siempre es buena idea verificar los horarios actualizados antes de tu visita. Este lugar no solo es una parada obligatoria, sino también una ventana a la historia y la tradición japonesa.

Precio de la entrada 500 Yenes.

2. Museo Conmemorativo de la Industria y la Tecnología de Toyota

El Museo Conmemorativo de la Industria y la Tecnología de Toyota es un fascinante viaje a través del tiempo que revela cómo esta icónica marca japonesa pasó de ser un modesto fabricante textil a convertirse en un gigante de la industria automotriz. Aquí no solo aprenderás sobre la evolución de Toyota, sino también sobre los avances tecnológicos que transformaron la fabricación en Japón y en todo el mundo.

Una de las cosas que hace especial a este museo son sus exhibiciones interactivas, que permiten a los visitantes observar en acción antiguas máquinas textiles y modernos robots industriales. Estas demostraciones, realizadas en vivo, son tan educativas como entretenidas, capturando la atención tanto de adultos como de niños.

Sin duda, es una experiencia imperdible para quienes desean entender cómo la tradición y la innovación se han combinado para dar forma a una de las marcas más influyentes de la actualidad.

Aquí no fuí, prefería ir al museo del automovil, que esta fuera de la ciudad.

3. Santuario Atsuta

El Santuario Atsuta es un lugar lleno de historia, espiritualidad y belleza natural, considerado uno de los santuarios más importantes de Japón. Este sagrado recinto es famoso por ser el hogar de la legendaria Espada Kusanagi, uno de los Tres Tesoros Sagrados de Japón, vinculados a la familia imperial y a la mitología japonesa. Aunque la espada no está a la vista del público, su poderosa presencia se siente en el ambiente, impregnando el santuario de un aura única.

Rodeado por un frondoso bosque que parece alejarte del bullicio urbano, este santuario es un oasis de paz y tranquilidad. Los visitantes pueden pasear por sus caminos sombreados y encontrar momentos de reflexión en medio de la naturaleza.

Para apreciar plenamente la atmósfera espiritual y explorar los alrededores, estaras un buen rato en esta visita.

4. Museo del Tren SCMAGLEV and Railway Park

El Museo del Tren SCMAGLEV and Railway Park es un paraíso para los amantes de los trenes y una experiencia fascinante para toda la familia. Este museo alberga una impresionante colección que abarca desde antiguas locomotoras clásicas hasta los icónicos trenes bala (shinkansen) y prototipos futuristas de trenes de levitación magnética (Maglev), que representan el futuro del transporte ferroviario.

Sinceramente, yo disfruté como un enano, me encantan los trenes y las casi dos horas que estuve allí fueron increíbles, si no te gustan los trenes puede abrumar y si vas con niños es el lugar perfecto.

Aparte tienen una zona interactiva, con simuladores de todo tipo, interesante.

Llegar al museo es sencillo: basta con tomar la línea Aonami desde la estación de Nagoya hasta la estación de Kinjōfutō, un trayecto de aproximadamente 24 minutos. Desde allí, solo tendrás que caminar unos minutos para encontrarte en este museo ferroviario. Desde la estación ya lo ves el museo.

Cuando subáis al tren, veréis que va lleno de niños pequeños con sus padres, con una carita de ilusión todos, empiezas a preguntarte; me habré equivocado con esta visita? No, no te has equivocado, enfrente del museo de trenes está Legoland. Vi algún padre intentar desviar a los niños hacia el museo de trenes, pero era Misión imposible.

El precio de la entrada es de 1000 Yenes

5. Museo del Automóvil de Toyota

Otro de los sitios que tenía muchas ganas de ir era el Museo del Automóvil de Toyota, tanto es así, que cuando llegue a Nagoya, me fui al hotel a que me guardaran la maleta hasta la hora del chek-in y me fui directo al museo.

El Museo, esta situado en las afueras de Nagoya, es un lugar imprescindible para los apasionados del motor y la historia de la automoción. Este museo no solo exhibe una impresionante colección de automóviles que abarca desde modelos clásicos de distintas épocas y países hasta los más modernos y sofisticados, sino que también ofrece un viaje educativo a través de la evolución de la industria automotriz y su impacto en la sociedad a nivel global.

Cada coche cuenta su propia historia, mostrando cómo el diseño, la tecnología y la innovación han ido transformando el transporte y la forma en que vivimos. Además, las exhibiciones están cuidadosamente organizadas para que los visitantes puedan apreciar la evolución técnica y estética de los vehículos a lo largo del tiempo, haciendo que esta experiencia sea tanto visual como intelectual.

Como llegar

Llegar al museo es bastante sencillo. Desde la estación de Nagoya, toma la línea Higashiyama del metro hasta Fujigaoka. Luego, cambia a la línea Linimo y baja en la estación Geidaidori. Desde allí, un paseo de 5 minutos te llevará al museo.

Para disfrutar plenamente de las exhibiciones y sumergirte en este mundo fascinante, se recomienda dedicar entre 2 y 3 horas. Ya seas un fanático de los coches o simplemente curioso por la historia de la tecnología, este museo es una experiencia inolvidable que combina aprendizaje y admiración.

Aparte aquí notarás que se acabó el agobio de gente que habrás sufrido en ciudades como Tokyo, Kioto u Osaka. En ningún momento, en toda la ciudad, sufrirás esa sensación y realmente se agradece.

El precio de la entrada al Museo del automóvil es de 500 Yenes.

6. Oasis 21 y la Torre de TV de Nagoya

Oasis 21 y la Torre de TV de Nagoya son dos de los lugares más emblemáticos y modernos de la ciudad, perfectos para quienes buscan disfrutar de vistas espectaculares y una arquitectura única.

El recinto Oasis 21 es un complejo futurista que destaca por su icónico "techo de agua", una estructura de cristal llena de agua que refleja el cielo y crea un ambiente casi mágico. Pasear por este espacio es toda una experiencia visual, especialmente por las noches, cuando las luces iluminan el área con un toque encantador.

A solo unos pasos, la Torre de TV de Nagoya, un símbolo de la ciudad, te ofrece una de las mejores vistas panorámicas. Subir a su plataforma de observación al atardecer es un momento que no querrás perderte, ya que podrás ver cómo la ciudad se tiñe de colores cálidos antes de que las luces urbanas comiencen a brillar.

Aquí hay mucho ambiente en la tarde-noche, pero sin agobiar como en el resto de Japón. Debajo del Oasis 21, tienes un food court interesante, con todo tipo de comidas.

Aunque la visita a ambos lugares puede realizarse en aproximadamente una hora, es un tiempo bien invertido para disfrutar de la modernidad y la esencia vibrante de Nagoya. Tanto Oasis 21 como la Torre de TV ofrecen una experiencia inolvidable que combina diseño innovador y vistas impresionantes.

Gastronomía en Nagoya

Nagoya es conocida por sus especialidades únicas. ¡No te pierdas estas delicias!

• Hitsumabushi:
  • Anguila a la parrilla servida con arroz. Prueba las diferentes formas de comerlo: solo, con condimentos o con caldo.
• Tebasaki:
  • Alitas de pollo al estilo Nagoya, crujientes y ligeramente picantes.
• Miso katsu:
  • Chuleta de cerdo empanizada con una salsa de miso dulce.

Cómo llegar a Nagoya

• Desde Tokio:
  • Toma el tren shinkansen Tokaido (aproximadamente 1 hora y 40 minutos).
• Desde Osaka o Kioto:
  • El shinkansen te lleva en aproximadamente 1 hora tanto desde Osaka, como de Kioto.
• Transporte interno:
  • Usa la línea de metro para moverte fácilmente entre las atracciones principales.

Consejos para aprovechar tu visita

• Planifica con anticipación: Algunos museos y atracciones requieren reservas o tienen horarios limitados, así que verifica toda la información antes de tu viaje.
• Explora a pie: Muchas atracciones están cerca unas de otras, lo que te permite disfrutar de la ciudad caminando y descubrir rincones únicos.
• Elige un alojamiento bien ubicado: Opta por hoteles o apartamentos cercanos a estaciones de tren o metro, ya que esto te facilitará los desplazamientos y te permitirá aprovechar mejor tu tiempo explorando la ciudad. Mi hotel en Nagoya fue este.

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X.González

Soy planificador de viajes y blogger desde 2005. Mi pasión por viajar comenzó muy pronto: tenía poco más de un año cuando visité el Loira y París, aunque, claro, no recuerdo nada. Desde entonces, viajar ha sido una constante en mi vida.