Cómo moverse por Camboya: mi experiencia entre tuktuks, buses y minivans

Si hay algo que aprendí viajando por Camboya: aquí los tuk-tuks no dan miedo, los autobuses son zoológicos móviles y las minivans salvan tu cordura. Crónica de mis viajes entre el caos y la comodidad. Aquí mi experiencia sin filtros.

Puedes llegar a viajar con un autobús VIP en el que te intentan robar, un tuktuk que no sabes si el techo llegará al destino contigo, con un autobús lleno de gallinas o una mini Van fantástica.

La verdad es que en Camboya tuve una entrada apoteósica, con un intento de estafa en la frontera entre Vietnam y Camboya. Cuando algo mal empieza, mal acaba, pensé. Pero me convencí de que todavía era el mal fario, que me había acompañado por Vietnam y no tenía nada que ver con Camboya.

Transporte en Camboya

🛺 Tuk-tuks en Camboya: modernos, baratos y negociables

Al llegar a Phnom penh, como en todas partes, un grupo de tuktuks rodeó el autobús, evidentemente los precios que nos ofrecían eran para turistas, pero lo que llamo mi atención fue el buen estado en que estaban los tuktuks, eran un modelo nuevo, limpios y en vez de sonar a motor de secador de pelo, sonaban bien como una moto.

Te preguntarás por qué me fijo en los tuktuks nada más llegar a una ciudad, deformación profesional, en mi vida laboral fui taxista y me gusta ver y aprender como funcionan los transportes en las ciudades.

Algunos precios de los tuktuks en Phnom penh

Aquí hay que negociar siempre los precios, aunque a veces te das cuenta de que estás teniendo una discusión agotadora para ahorrarte dos dólares y no sé hasta qué punto vale la pena.

Ellos, el primer precio que te dan dentro de Phnom Penh son cinco dólares, a partir de allí empieza el arte de negociar, pero es lo que digo, que estás negociando para rebajar un dólar o uno y medio.

Ya podías ir donde quisieras que siempre eran 5 dólares menos la negociación y de la zona donde llegan los buses al aeropuerto 10 dólares.

Dentro de Phnom penh, no creo que sea una buena idea alquilar una moto, en general, en las ciudades del sudeste asiático no es una buena idea. Al igual que es una gran idea cuando estás fuera de las ciudades, como por ejemplo Kampot, en Camboya.

En Siem Reap los tuktuks, aparte de ser más insistentes, están un poco más molidos.

 Transporte en Camboya, Los locos autobuses

Sinceramente, solo cogí el autobús VIP para entrar en el país, donde todos éramos turistas, pocos asientos y totalmente reclinables, una gran experiencia si no fuera por el incidente en la frontera.

El siguiente autobús que cogí fue de Siem Reap a Phnom Penh, eso fue todo un show. En vez de coger una minivan, como en la ida, decidí ir en bus por los horarios que me ofrecían y además era 4 dólares más barato.

Me interesaba porque los días que estuve en Phnom Penh, no pude visitar el palacio real, ya que el rey estaba dentro y cogiendo este bus temprano, en mi último día en Phnom Penh me daría tiempo.

Tenían que recogerme en el hotel a las 7.00h de la mañana, vinieron a por mí después de mucho insistir por teléfono a las 8.40 en tuk tuk y me llevaron a la carretera de salida de la ciudad donde estaba en bus, subí y vi que eso no iba a ser nada parecido a la experiencia VIP de la entrada en el país.

En primer lugar, era el único turista en el bus, estuvimos rato y rato parados en la carretera, esperando no sé qué, para empezar el viaje. Salimos a las 10 de la mañana,1 hora después de que ya hubieran salido las mini vans.

Por fin arrancamos y paramos en la terminal de buses para que subiera una mujer que vendía de todo, cuando hizo todo el pasillo, se bajó y nos empezamos a mover,  y en el primer o segundo pueblo después de Siem Reap, paramos en un mercado.

Allí estuvimos parados otra hora, bajamos a desayunar y a fumar.

En ese mercado subió de todo al autobús, gente con cañas, otros con paquetes enormes de ves a saber que, un hombre con un pescado envuelto en papel de periódico, que hasta que no arranco el bus no pudimos respirar.

Hora de comer

Luego el autobús tuve la deferencia de parar en casi todos los pueblos que veía, a repartir a los del mercado. De repente parecía que la cosa ya iba a todo ritmo y como eran las 12 páramos a comer en una gasolinera. Tiempo para comer? Más de una hora. No comí nada, acabábamos de desayunar en el mercado!

Bien comido el chofer, ya se lo tomo más en serio y tuvimos la suerte de llegar a Phnom Penh a la hora de más tráfico, en fin 9.30h de viaje, ni vi el palacio real ni nada.

🚐 Minivans en Camboya: mi opción favorita para moverse entre ciudades

Te aseguro que es la mejor manera para moverse entre ciudades, es muy fácil contratarlas y son rápidas, modernas, con aire acondicionado (que no llevaba el bus que cogí) y sin el visillo de la ventana que te dé en la cara todo el rato por el aire.

Yo utilicé 3 en Camboya, la primera la contraté directamente en el hotel que estaba en Phnom penh, evidentemente el hotel cobra su comisión, pero fue un buen servicio.

Te recogen en el hotel, paramos una vez a comer y al llegar a Siem reap, nos proporcionaron tuktuks gratuitos para acercarnos a nuestros hoteles, genial.

La segunda que utilice fue de Phnom penh a Kampot, más de lo mismo, furgoneta nueva, servicio rápido, una sola parada y nos dejaron a pocos metros del Durian.

No recuerdo el nombre de la compañía, pero creo que la contrate en Bookaway.

Y el recorrido de vuelta a Phnom penh los hice con la compañía Ekareeach Express. Todo genial también, rápido, puntuales y buena atención al cliente.

La mejor elección de transporte en Camboya?

La mejor solución siempre es la que tu bolsillo pueda soportar, pero para moverte dentro de las ciudades son los tuktuks y si quieres ahorrarte el arte de negociar, aquí tienes dos apps que te facilitaran tu vida;

passapptaxis o Grab.

Si has de moverte entre ciudades, sin duda alguna Mini Vans, las puedes contratar fácil en Bookaway. Las minivans son el MVP del transporte: rápidas, con aire acondicionado y sin pescados a bordo. ¿El secreto? Bookaway o Ekareach Express.

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X.González

Soy planificador de viajes y blogger desde 2005. Mi pasión por viajar comenzó muy pronto: tenía poco más de un año cuando visité el Loira y París, aunque, claro, no recuerdo nada. Desde entonces, viajar ha sido una constante en mi vida.