Gettysburg está a 131 km de Washington DC. Una pequeña localidad de 7.000 habitantes que, entre el 1 y el 3 de julio de 1863, se convirtió en el escenario de la batalla más decisiva de la Guerra Civil Estadounidense.
Yo no soy un apasionado de las guerras. No llevo chaquetas de camuflaje ni colecciono cañones. Pero Gettysburg me impactó. No por la violencia, sino por cómo los americanos viven su historia: con orgullo, con disfraz incluso, como si aún estuvieran en medio del campo de batalla.
Hoy hemos dejado Filadelfia con mucha pena, pero con la alegría de un destino nuevo. Anoche, mientras cenábamos en Pat’s, teníamos una sensación extraña: la de estar en la auténtica América. Hacía frío, caía nieve, pero no nos levantábamos. Callejones de Filadelfia que quizás no volvamos a pisar.
Cómo llegar a Gettysburg (y por qué no lo hagas como turista normal)
Excursión organizada desde Washington DC
La opción más fácil —y probablemente la mejor— es reservar una excursión guiada desde Washington DC.
No es barata, pero los guías conocen la historia como si la hubieran vivido. Sin ellos, Gettysburg es solo un campo con cañones antiguos. Con ellos, es una película en 3D.
En coche de alquiler (la mejor opción si tienes un amigo loco)
Yo lo hice en coche. Y tuve suerte: mi compañero era un obseso de las batallas. No necesitaba guía. Me lo contaba todo, lo vivía todo. Sentí que estaba en medio del fuego cruzado.
Transporte público: no recomendado
Hay tren, pero te deja a 60 km del lugar. Luego necesitas taxi. Si solo vas por un día, no merece la pena.
La Guerra Civil Estadounidense: qué pasó en Gettysburg
Gettysburg fue la batalla más sangrienta y decisiva de la Guerra Civil (1861–1865). El norte (Unión) contra el sur (Confederación). El esclavismo contra la abolición. La industria contra la agricultura.
El sur, liderado por el general Robert E. Lee, invadió el norte buscando suministros y reconocimiento internacional. El norte, con Abraham Lincoln como presidente, quería mantener el país unido.
El error que cambió la historia
En el tercer día, Lee ordenó un ataque frontal: la carga de Pickett. Sus soldados tuvieron que cruzar 1.5 km de campo abierto bajo fuego enemigo. Fue una masacre.
Esa derrota marcó el rumbo de la guerra. Aunque continuó hasta 1865, Gettysburg fue el punto de inflexión.
Qué ver en Gettysburg: mi experiencia real
Centro de Visitantes y Museo de la Guerra Civil
Antes de ir, solo sabía que fue una batalla importante. Después, salí con una clase magistral de historia. El centro es enorme, bien organizado y muy didáctico.
Parque Militar Nacional de Gettysburg
Es el campo de batalla real. Monumentos, cañones, colinas estratégicas. Todo en silencio. Demasiado real.
Gettysburg National Cemetery
Allí descansan miles de soldados. Es sobrecogedor. Y triste. Y necesario.
El pueblo de Gettysburg: historia disfrazada
El pueblo es encantador. Mantiene el espíritu del siglo XIX. Hay tabernas de la época, como Dobbin House Tavern, y museos pequeños.
Pero lo más curioso son las tiendas de souvenirs. No venden llaveros. Venden uniformes de soldado, cascos, banderas. Gente entra y sale con trajes de la Unión o la Confederación.
Y por la calle, te encuentras a Lincoln… bueno, a un tipo que se le parece mucho, bien caracterizado, firmando autógrafos.
Lo que más me gustó fue ver cómo los americanos viven esto. No es turismo. Es identidad.
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¿Merece la pena visitar Gettysburg?
Si la historia no te interesa, puede parecer prescindible. Pero si te gusta entender cómo un país se forja, es obligatorio.
No es un destino de playa ni de compras. Es un **viaje a la memoria colectiva**. Y si tienes la suerte de ir con alguien que se lo tome en serio (como mi amigo), será una de las experiencias más intensas del viaje.
Cada año lo visitan dos millones de personas. Principalmente americanos. Y cuando los ves explicar con pasión lo que pasó aquí, entiendes por qué.
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Soy planificador de viajes y blogger desde 2005. Mi pasión por viajar comenzó muy pronto: tenía poco más de un año cuando visité el Loira y París, aunque, claro, no recuerdo nada. Desde entonces, viajar ha sido una constante en mi vida.
