Viajar solo es una aventura que te cambia la vida
¿Viajar solo? ¡Ni lo pienses dos veces! Que no te dé miedo lanzarte a la aventura sin compañía. Viajar solo es una aventura que te cambia la vida, y no es un impedimento, sino una oportunidad para vivir algo único.
¿Sabes cuánta gente viaja sola? Pues yo diría que alrededor del 25% de los viajeros que te cruzas por el mundo van a su bola. Hombres, mujeres, jóvenes, no tan jóvenes… ¡de todo! Y sí, en mi equipo también hay unos cuantos que se animan a hacerlo.
Viajar solo es una aventura que te cambia la vida: conoces gente increíble
¡Madre mía, la de gente que conoces! Casi cada día te cruzas con alguien interesante. En mi último viaje, por ejemplo, conocí a un alemán que iba todo emocionado a ver a su novia tailandesa en Chiang Mai. También me topé con un tío de Calella que vivía en Hanoi, una pareja de asturianos que hacían una excursión a los mercados flotantes conmigo, y una chica australiana con la que coincidí en varios autobuses. ¡Nos reíamos cada vez que nos veíamos!
Y eso no es todo: una chica etíope supermaja en Chiang Mai, un francés y un belga que eran como Pili y Mili, unos gallegos y un alicantino en Ha Long Bay (el alicantino, todo un crack), unas jóvenes argentinas, dos conductores de tuk-tuk con los que hice amistad, un polaco en Ayutthaya que solo pensaba en negocios… ¡y hasta unos barceloneses en el Wat Arun!
Con algunos sigues en contacto, con otros solo compartes un momento, pero todos dejan huella. De verdad, si no quieres estar solo, no lo estarás.
Viajar solo es una aventura que te cambia la vida: amistades que encuentras por el camino
Algunas de estas personas se quedan en tu vida, otras las pierdes de vista (a una incluso le perdí el número de contacto), pero todas te regalan momentos inolvidables. No importa si nunca los vuelves a ver; lo que cuenta es que compartiste risas, historias y aventuras con ellos.
Viajar solo es una aventura que te cambia la vida: lo mejor de la experiencia
Viajar solo no es solo una excusa para no quedarte en casa. A veces, tus amigos, familiares o pareja no pueden acompañarte, y eso no debería frenarte. Además, está eso de que “te conoces a ti mismo”. Bueno, yo ya me conozco, pero es cierto que cuando viajas solo, sacas tu versión Super Yo. Tienes que resolver todo tú mismo, y eso te hace sentir más capaz.
Cuando vas con alguien, en momentos de crisis hay dos puntos de vista, pero cuando estás solo, solo tienes el tuyo. A veces te encierras en él, pero al final todo se soluciona, y cuando lo hace, ¡te sientes invencible!
Viajar solo es una aventura que te cambia la vida: seguridad y precauciones
¿Y el tema de la seguridad? Pues siendo prudente, como lo serías en Barcelona, no tiene por qué pasarte nada. Claro, si te metes en líos, ya es otra historia. Pero en general, el mundo está lleno de gente buena.
Eso sí, las mujeres quizás deban tener más cuidado en según qué sitios, pero en el sudeste asiático, por ejemplo, es muy seguro. Yo las veía bastante relajadas, sobre todo cuando interactuaban con otros turistas.
Y un consejo: llevad un seguro de viaje. Iréis más tranquilos.
Lo peor de la experiencia
¿Lo peor? Las malditas selfies. En todas las fotos apareces con el cuello estirado intentando entrar en el encuadre. La solución es el palo selfie, pero ojo, porque si lo usas, pierdes la oportunidad de pedirle a alguien que te haga la foto… y así empiezan muchas conversaciones.
Muchas veces te cruzas con otros viajeros solitarios, os miráis con cara de pena, y la siguiente frase es: “¿Me haces una foto y te hago una a ti?”. O parejas que te ofrecen hacerte una foto, pero en realidad lo que quieren es que tú les hagas una a ellos. ¡Todo un arte!
Y luego están los vendedores, especialmente los que te ofrecen prostitutas. Si eres un hombre mayor y viajas solo, eres su presa favorita. Son muy pesados, pero bueno, al menos ahora sé los precios de todo en el sudeste asiático :).
Y no olvidemos a los conductores de tuk-tuks. En Kampot, Camboya, incluso vendían camisetas que decían: “Tuk-tuk today? No, thank you”.
Una aventura que te cambia la vida
No dejes de viajar solo porque no tengas con quién ir. La vida está llena de oportunidades para conocer gente nueva y vivir experiencias increíbles. Así que, ¡lánzate a la aventura!
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Soy planificador de viajes y blogger desde 2005. Mi pasión por viajar comenzó muy pronto: tenía poco más de un año cuando visité el Loira y París, aunque, claro, no recuerdo nada. Desde entonces, viajar ha sido una constante en mi vida.
